En efecto, es difícil imaginar la cara de sorpresa que puso
Carmen al abrir el armario y encontrarse una nevera llena de helados de todas
clases.
-Elija el
que más le guste, señorita.
Carmen miró
de arriba abajo. Había helados de fresas con nata, de mango con papaya, de
limón… Sólo faltaban de vainilla. Eligió, claro está, uno de chocolate con
almendras. Estaba riquísimo. Carmen sentía dentro de sus nervios un choque
brutal entre las ondas de placer que
enviaban labios y lengua y las ondas de dolor que seguían llegando del
culo, pero la excitación era total.
-Muy
bien, ahora échese sobre la mesa.
Jo, a ver lo que se le ocurría mandarme ahora, con lo a
gusto que me estaba comiendo el helado. Pero nada, había que cumplir, y así me
puse, otra vez de culo en pompa, imaginando la cara que pondría el muy fresco
al verme todo el mapamundi. ¿Qué me haría? Me hizo esperar unos minutos que se
me hicieron eternos mientras le oía silbar una canción, y no veas lo que sentí
al darme cuenta de que me estaba poniendo crema en el culo.
Ahora Carmen percibía ondas de placer desde los dos extremos
de su cuerpo, dos frescuras simultáneas, la del helado y la de la crema que se
infiltraban hasta la última gota de su sangre y reventaban por cada poro de su
piel.
-Muy bien,
srta. Ruiz. Termínese el helado con tranquilidad y cuando se seque la crema
puede vestirse.
¡Es verdad! El cosquilleo que rodeaba a Carmen desde la
cintura hasta las rodillas era tan cálido que casi se había olvidado de la ropa. El Director le recordó una vez más la
conveniencia de portarse en clase siguiendo todas las normas, y reiteró la
promesa de no decir nada a sus padres. Ella le miró con una sonrisa coqueta y,
mientras abría la puerta, le preguntó con tono ilusionado:
-¿Puedo volver alguna otra
tarde?
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Eva ha escuchado sin pestañear, apenas esbozando una
sonrisa, y al acabar le da a Carmen una alegre palmada en el hombro y un no
menos alegre beso.
-¿Lo ves, tontorrona? ¿Ves que Rosa
y yo hicimos bien al recomendarte comer chocolate en clase? ¿Ves que sabíamos
todo lo que te iba a pasar?
FIN
Me quedé a cuadros y, seamos sinceros: CON GANAS DE MÁS. Con ganas de esa escena de sexo que falta... aiis...este Héctor, dejando con la miel en los labios...